Tapas, el principio de disciplina consciente en yoga, entendida no como autoexigencia sino como un fuego interior sostenido por la ternura y el respeto propio.
Cuando se habla de Tapas en yoga, suele traducirse como disciplina, austeridad o esfuerzo constante. Pero en su sentido más profundo, Tapas no tiene nada que ver con la rigidez o la autoexigencia inflexible. Es, más bien, un fuego interior que te mantiene despierto, que ilumina el camino de la práctica y que se alimenta, no del castigo, sino de la ternura.
Tapas no es forzarte a practicar todos los días pase lo que pase. Es esa decisión serena de volver a ti, de sostenerte cuando la comodidad o la pereza intentan alejarte de lo que te hace bien. Y en ese gesto cotidiano, aparece una forma de amor propio que no grita, que no exige, pero que permanece.
Disciplina no es dureza
Vivimos en una cultura que suele confundir disciplina con rigidez, que premia al que se exige hasta el límite y romantiza el esfuerzo extremo. En yoga, la propuesta es otra. Tapas no busca quebrarte, sino sostenerte. Es un compromiso íntimo que entiende que habrá días ligeros y otros pesados, y que en ambos, el acto de regresar a ti mismo tiene valor.
La ternura aquí no es indulgencia, sino lucidez. Es comprender que la verdadera transformación no nace del rechazo a lo que sientes, sino de convivir con ello sin perderte.
El fuego que limpia sin quemar
El símbolo de Tapas es el fuego, pero no uno que destruye, sino que purifica. Practicarlo significa atravesar las incomodidades pequeñas de la esterilla y de la vida cotidiana sin dramatizar, sin instalarse en la queja ni en el abandono. Es aceptar que todo proceso real requiere paciencia, constancia y espacio para el error.
Este fuego interior enseña a dejar las excusas, a distinguir entre la necesidad de descanso y la evasión, a reconocer cuándo es hora de sostener y cuándo de soltar.
Ternura como sostén
Porque sí: es posible sostener la disciplina desde la ternura. Significa hablarte bien incluso cuando fallas, permitirte descansar sin culpa y saber que volver siempre es más importante que no haberte ido. Tapas no es obligarte a hacerlo todo perfecto, sino recordarte, una y otra vez, por qué empezaste.
Ese fuego amable es el que mantiene vivo el deseo de cuidar el cuerpo, de escuchar la mente y de crear momentos de presencia en medio del ruido.
Así, Tapas se convierte en una actitud diaria: elegir lo que te hace bien, aunque cueste, y hacerlo desde un lugar de respeto, no de violencia.
¡Únete a nosotros y descubre los increíbles beneficios del Yoga!
Reserva tu clase en nuestro centro o en nuestra App
