Bhavana, el arte de sembrar una actitud o intención en cada práctica de yoga.

La Diferencia Entre Hacer y Habitar
Es muy fácil caer en la repetición automática de posturas. Memorizar secuencias, entrar y salir de asanas sin más. Pero cuando incorporas Bhavana, cada postura deja de ser una forma y se convierte en una expresión de sentido. Bhavana es la capacidad de cultivar una actitud o intención que tiña toda la práctica.
No se trata de decretar deseos, sino de habitar estados internos que transformen tu relación con cada movimiento y respiración.
Intención Elegida, No Impuesta
Practicar Bhavana implica preguntarte antes de empezar: ¿Qué necesito hoy? Quizá calma, coraje, desapego, paciencia. La clave está en que la intención sea auténtica, no forzada. Y una vez elegida, sostenerla como un hilo invisible que atraviesa cada postura.
Al moverte, al respirar, al quedarte en quietud, recordar esa intención y permitir que transforme tu experiencia física y mental.
Bhavana Como Entrenamiento Mental y Emocional
Más allá de su valor en la esterilla, Bhavana es un entrenamiento para la vida. Te enseña a cultivar actitudes conscientes en momentos desafiantes. Si durante una postura incómoda puedes mantener una intención de aceptación, probablemente puedas hacerlo fuera de la esterilla, en medio de un día difícil.
De este modo, Bhavana convierte la práctica en una escuela de cualidades internas. No es magia, es cultivo cotidiano.
Intención Que Permanece Después
Lo hermoso de trabajar con Bhavana es que su efecto no termina al salir de la esterilla. Esa actitud sembrada persiste en lo cotidiano: en cómo respiras, en cómo reaccionas, en cómo eliges mirar lo que sucede.
Cada práctica puede tener un Bhavana distinto o sostener uno durante una temporada. Lo importante es que sea un espacio donde, más allá de la técnica, cultives la persona que quieres ser.
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