Descubre cómo preparar el otoño con yoga y nutrición consciente: una prácticas que alimentar el cuerpo con los sabores y ritmos propios de la estación.

El otoño como invitación a la calma
El otoño siempre llega con una invitación silenciosa: la de volver hacia dentro.
Los días se acortan, la luz se vuelve más suave y la naturaleza comienza a soltar lo que ya no necesita. Los árboles dejan caer sus hojas para renovarse, y nosotros, como parte de ese mismo ciclo, sentimos la necesidad de enraizarnos, soltar lo acumulado y nutrirnos con más calma. Preparar el otoño con yoga y nutrición consciente no es un capricho moderno, sino una forma de alinearnos con los ritmos que siempre han guiado la vida en la tierra.
El lenguaje del cuerpo en otoño
En yoga, el cuerpo refleja lo que sucede en la naturaleza.
Si el verano es expansión y movimiento hacia fuera, el otoño nos pide recogimiento. Es el momento de cuidar la energía vital (prana), de no desgastarla innecesariamente y de reforzar el sistema inmune de cara al invierno. Las posturas de enraizamiento, las flexiones hacia delante y los ejercicios de respiración lenta y profunda son aliados naturales en esta transición.
Practicar yoga en otoño significa aceptar la necesidad de bajar el ritmo. No se trata de exigirse posturas desafiantes, sino de habitar las más simples con atención plena. Permanecer más tiempo en Tadasana (la montaña), disfrutar de Balasana (el niño) como un refugio interno o sostener una flexión hacia delante con la respiración acompasada nos ayuda a encontrar el mismo sosiego que la naturaleza nos muestra.
Nutrición consciente para equilibrar la estación
El Ayurveda, la ciencia hermana del yoga, ofrece claves valiosas para el otoño. Es la temporada en la que predomina el dosha Vata: ligero, frío, seco e inestable. Para equilibrarlo, necesitamos lo opuesto: calidez, humedad, estabilidad y rutina.
Esto se traduce en una alimentación más nutritiva, con comidas calientes, sopas, cremas y guisos que reconforten. Los cereales integrales, las legumbres suaves, las verduras de raíz como la calabaza o la zanahoria y las especias cálidas como la canela, el jengibre o el cardamomo ayudan a sostener el fuego digestivo (agni) y aportar sensación de arraigo. Al mismo tiempo, reducir el exceso de alimentos fríos, crudos o demasiado secos contribuye a mantener la energía vital equilibrada.
Comer en otoño no es solo nutrir el cuerpo: es también un acto de escucha. Así como en la práctica de yoga atendemos a la respiración, en la mesa podemos atender a los ritmos internos, a la saciedad, a los sabores que realmente nos sostienen. La nutrición consciente es también una práctica espiritual cuando se convierte en una forma de respeto hacia el cuerpo y hacia la tierra.
El arte de soltar
Si algo nos enseña el otoño es a soltar. Igual que los árboles dejan ir sus hojas sin resistencia, nosotros podemos revisar qué cargas, tensiones o rutinas ya no nos nutren. El yoga se convierte en un espejo de este proceso: cada exhalación es una oportunidad de liberar, cada postura de apertura es un recordatorio de confianza en lo que vendrá.
En la esterilla, soltar puede significar no luchar por llegar más lejos en una postura, sino aceptar hasta dónde llegamos ese día. En la vida, puede significar despedirnos de hábitos que drenan energía o abrir espacio para nuevas formas de cuidarnos. Preparar el otoño es, en esencia, aprender a confiar en que soltar también es crecer.
Una práctica para la transición
Practicar yoga en otoño puede convertirse en un pequeño ritual de cuidado. Comenzar con respiraciones profundas, elegir posturas que aporten estabilidad como Virabhadrasana II (guerrero II), inclinarse en flexiones suaves hacia delante para calmar la mente y cerrar con una relajación prolongada en Savasana permite al cuerpo asimilar lo que la estación trae consigo.
No se trata de practicar mucho, sino de practicar con sentido. Incluso 20 minutos de yoga en un espacio cálido, con una manta y quizá una infusión de especias después, pueden transformar un día cargado en un día enraizado.
Habitar el otoño desde dentro
Preparar el otoño con yoga y nutrición consciente es aceptar que somos parte de un ciclo mayor. Así como la tierra cambia, nosotros también estamos llamados a transformarnos. A nutrirnos de lo que realmente necesitamos, a soltar lo que pesa y a crear un espacio interno donde habitar el silencio y la calma.
El yoga y el Ayurveda nos recuerdan que vivir alineados con la estación no es una moda, sino una forma de salud profunda y de conexión con la vida. El otoño nos invita a recogernos, pero también a descubrir que, incluso en los momentos de aparente quietud, la semilla de lo nuevo ya está gestándose.
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